YA estamos aquí. Retomamos el nuevo curso con renovada ilusión y machacona esperanza. Porque, ¿acaso se atisba una mínima señal de recuperación y progreso social? Quizás nuestras palabras de hace unos años continúen siendo válidas aún: la función de nuestro Ateneo es hoy, si cabe, mucho más importante que ayer, pues permanece la realidad líquida que nos embarga y el brumoso horizonte que percibimos. Porque no hay nada más enriquecedor y deseable para una sociedad que un foro resonante con el altruismo, la creatividad y la cultura. Y es que una institución liberal y dinámica como el Ateneo puede, con su oferta humanista, a veces utópica y siempre constructiva y participativa, suavizar e, incluso, eliminar, las aristas afiladas de la mera realidad más inmediata. No es esta una función baladí, pues aún en las épocas de mayor complejidad y rigor, siempre fue reconfortante contar con un manantial, sereno y fluido, de cultura, creatividad y crítica desapasionada.
Nuestro Ateneo, gracias a la colaboración de sus socios y a la gentil contribución de algunas pocas instituciones que aún confían en su labor, inicia este nuevo curso, pleno de ilusiones y esperanzas, deseoso una vez más de ofertar motivos culturales, actividades comprometidas y misiones atrayentes para la sociedad extremeña toda. ¡Te esperamos! Tu presencia y colaboración será bienvenida, no sólo como espectador sino, también, como actor.
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